Absolutamente todos los seres humanos hemos pedido alguna vez por justicia, tenemos muy claro los momentos en nuestra vida que ha sido injusto el trato recibido por otra persona, el dinero que nos cobraron injustamente, las palabras falsas que otros pronunciaron sobre nosotros y crearon discordia, el veredicto que fue recibido sin un juicio justo, hemos sido victimas de la injusticia social y hemos clamado a Hashem para que sea El quien haga justicia. En general consideramos que vivimos en un mundo no muy justo, pero valdría la pena preguntarnos si lo que cada uno de nosotros considera justo es exactamente lo mismo que El Padre Todopoderoso Creador del universo considera que es la Justicia.
En el diccionario de la Real Academia Española, se define la palabra Justicia como: “El principio moral que lleva a determinar que todos deben vivir honestamente” pero ¿que significaría vivir honestamente en un mundo donde cada uno tiene un concepto de honestidad? ¿Cómo podríamos determinar quien tiene la razón?
El Árbol de la Vida contiene los 10 atributos de D-os y dentro de estos 10 atributos encontramos el atributo de Justicia, en hebreo Guevurá. Guevurá es el contrapeso de Jesed (bondad). Es la energía que nos ayuda a colocar limites, a juzgar bien, a tener fortaleza, restricciones y moderación. El Rabino Benji Elson nos define Guevurá de una forma muy apropiada. “Guevurá tiene dos cualidades, distinción y justicia, son los dos lados de una misma moneda. La distinción crea la posibilidad de justicia, es la habilidad de saber lo que la otra persona siente o esta viviendo. La ausencia de una sana distinción es lo que crea injusticia en el mundo.”
En el Salmo 35 vemos como el Rey David pide a D-os que se haga justicia a todo el sufrimiento que le ha sido causado principalmente por personas muy cercanas, el versículo 19 expresa explícitamente que eran sus amigos y es que no hay dolor más grande cuando la injusticia proviene de aquellos en quienes hemos confiado plenamente y los hemos ayudado como familia. Si leemos este Salmo en su totalidad, vemos que David quiere que sus enemigos sean avergonzados, humillados y caigan en la misma trampa que le tendieron a el. Pero si nos detenemos a estudiar detalladamente cada versículo encontramos puntos muy interesantes que nos servirán para entender aún más cuando y porque debemos clamar por justicia.
El versículo 1 dice: “Lucha, oh Eterno contra mis litigantes…” David le esta pidiendo a D-os que pelee por el. El midrash Shojer Tov cuestiona este pedido y dice: ¿Cómo es posible que un hombre de carne y hueso se atreva a ordenar a D-os que vaya a pelear por él? David apeló a un versículo de la Torá que en hebreo dice: sumergíos en el estudio de la Torá y Yo pelearé por vosotros. Solo estando conectados con la Torá tendremos un Juez Justo que luchará por nosotros y si David le esta prácticamente ordenando a Hashem que vaya a luchar por el, es porque David tenia certeza que su mente y su corazón estaban pegados a la Torá.
Otro versículo muy apropiado es el # 18 que dice: “Te loare en medio de las masas…” el Rey David finaliza con estas palabras, 9 versículos en los cuales le solicita a D-os su salvación y después de esto se compromete a darle las gracias en público para proclamar a los 4 vientos Sus bondades para los que creen en El. Esto nos enseña que no podemos pedir justicia sino estamos completamente seguros que únicamente es Hashem quien la otorga.
Para finalizar, los invito a estudiar a profundidad este Salmo 35 y el atributo de Justicia para que cuando apelemos al Padre para que nos haga justicia, tengamos la plena certeza de que seremos capaces de pedir primero ser juzgados. “JUZGAME OH ETERNO D-OS MIO, CONFORME A TU JUSTICIA…”
Comments