Cada Yom Tov tiene su nombre oficial y también un sobrenombre descriptivo. Como bien saben, me encanta todo lo que es bíblico, y lo celebro con fervor. Las cosas de nuestro Rey Soberano no deben tomarse a la ligera, pues al hacerlo corremos el riesgo de perder esa esencia o sustancia que nos da plenitud y nos permite movernos en la vida.
Por ejemplo:
- Pesaj es Zemán Jerutenu, el tiempo de nuestra libertad.
- Shavuot es Zemán Matán Toratenu, cuando Hashem nos amó y nos entregó la Torá.
- Sukot es Zemán Simjatenu, el tiempo de nuestro regocijo.
Podría decir que los significados de Pesaj y Shavuot son fáciles de comprender, pero el de Sukot puede parecer más extraño, ya que solemos confundir la felicidad con el regocijo que proviene de nuestro D-os.
La conciencia de la Suká implica reconocer la cercanía de D-os. Sentir que estamos cerca de Él genera gozo y una confianza absoluta. Recuerdo un adagio de un sabio: “Ein Simjá Kehatarat Hasafekot”, no hay alegría comparable a la de quien se libera de sus dudas.
Es esencial que comprendas que el aspecto fundamental de la Suká es su cubierta de Sejaj, la cual simboliza la presencia divina de D-os en el mundo. Y créanme, desde ella uno debe poder ver el cielo.
Durante el año, vivimos en nuestras fortalezas, engañados por una falsa sensación de seguridad. Nos convencemos de que nuestras puertas, alarmas o guardias de seguridad nos protegerán. Sin embargo, nos sobresaltamos al más mínimo susurro de una hoja.
Este tiempo —el tiempo de la Suká— es un recordatorio de la fragilidad de los sistemas que el ser humano construye. Nos enseña que el único sistema de seguridad verdaderamente infalible es nuestro Padre celestial, a quien podemos alzar la mirada para pedir Su salvación. Al alcanzar este entendimiento, todas nuestras dudas y preocupaciones se disipan, y entonces experimentamos y celebramos verdaderamente "Nuestro tiempo de Gozo".
Querido lector, ¿sabes cuál es la verdad más importante que debes conocer en este mundo? Saber que D-os te ama.
Aunque haya temores, enfermedades y circunstancias adversas que son parte natural de la vida, como el dolor que es inherente a la naturaleza humana, no dudes ni por un instante que todo tiene un propósito elevado: acercarte a lo divino. Esta cercanía fortalece la fe, y cuando el gozo se vuelve invencible, ilumina tu rostro y llena tu sonrisa de manera permanente, a pesar de las dificultades.
Mantente en el gozo que nuestro Padre nos proporciona. Él es nuestra porción y herencia. Ese gozo es como una escalera espiritual que nos lleva a conectarnos con el "Máximo placer" de experimentar lo divino. Y esa experiencia es sanadora y liberadora.
Para concluir, quisiera que reflexionaras sobre esta pregunta: ¿Quién es verdaderamente rico?
Como deseo participar, responderé primero. El rico es aquel que está feliz con su porción, quien ha aprendido el arte de prestar atención, apreciar y disfrutar conscientemente lo que ya posee. Y yo, Padre eterno, te tengo a Ti. Eres suficiente para mí, y por Ti siempre estaré gozosa.
Así que celebremos las "Nubes de Gloria y gozo" que regresaron a nosotros gracias al poder del arrepentimiento y la restauración que nuestro Padre nos concedió, para que podamos entrar en Su presencia divina y en Su protección.
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