Los libros de: 1 reyes, 2 reyes, 1 crónicas y 2 crónicas. Son libros de la tanaj (biblia) en los cuales nos podemos deleitar con los testimonios registrados de cada uno de los reyes que han gobernado al pueblo de Israel, y de los cuales podemos extraer enseñanzas desde: estrategias para las diferentes batallas, oraciones poderosas, testimonios maravillosos, y también aquellas cosas que debemos y NO debemos hacer. En esta oportunidad, me gustaría citar a dos de los diecisiete reyes que gobernaron la casa de Juda.
El primero de ellos es Asa, quien fue el tercero de los reyes de Juda, de los cuales está escrito que hizo lo bueno y recto ante los ojos de Elohim. Y escrito esta, que durante su periodo de gobierno se levantó Zera el etíope, contra el pueblo de Juda, un enemigo poderoso en número. El ejército de Asa era de 580 mil soldados armados con lanzas, escudos y flechas; mientras que el ejército de Zera era de 1 millón de soldados y 300 carros de guerra. Ante esta circunstancia, Asa hizo esta hermosa oración que hoy en este Shabat me gustaría compartir contigo:
“Y clamó Asa a YHVH su Dios, y dijo: ¡Oh YHVH, para ti no hay diferencia alguna en dar ayuda al poderoso o al que no tiene fuerzas! Ayúdanos, oh YHVH, Dios nuestro, porque en ti nos apoyamos, y en tu nombre venimos contra este ejército. Oh, YHVH, tú eres nuestro Dios; no prevalezca contra ti el hombre.” (2Crónicas 14:11)
“YHVH deshizo a los etíopes delante de Asa y delante de Judá; y huyeron los etíopes.” (2 crónicas 14:12)
Indiscutiblemente hay una parte que nos corresponde hacer a nosotros y claramente es obedecer a su palabra, entonces después de esto podremos tener la plena confianza de que El TODOPODEROSO, quien es fiel, estará con nosotros y NO nos abandonará.
El segundo rey que quiero citar es Josafat. Josafat fue el cuarto rey que gobernó en Juda y del cual está escrito que hizo lo correcto a los ojos de Elohim. En el libro de segunda de crónicas se nos narra que los hijos de Moab y Amón se unieron para hacerle la guerra. Por lo tanto, Josafat convocó al pueblo y en ayuno y oración proclamaron la intervención del todopoderoso, quien en su amor y misericordia no se hizo esperar, y peleó por ellos esa batalla dándoles la victoria total sobre sus enemigos.
“Y dijo Jahaziel: «Escuchen, habitantes de Judá y de Jerusalén, y escuchen también usted, rey Josafat». Así dice YHVH: “No tengan miedo ni se acobarden cuando vean ese gran ejército, porque la batalla no es de ustedes, sino mía. Mañana, cuando ellos suban por la cuesta de Sis, ustedes saldrán contra ellos y los encontrarán junto al arroyo, frente al desierto de Jeruel. Pero ustedes no tendrán que intervenir en esta batalla. Simplemente, quédense quietos en sus puestos, para que vean la salvación que YHVH les dará. ¡Habitantes de Judá y de Jerusalén, no tengan miedo ni se acobarden! Salgan mañana contra ellos, porque «YHVH, estará con ustedes”». (2 Crónicas 20:15-17)
Aquí podemos ver reflejadas al menos dos de las situaciones que, en las diferentes áreas de nuestras vidas, hemos tenido que enfrentar y estoy segura de que si no lo hemos tenido que hacer todos, al menos sí la mayoría. En algunas ocasiones, tendremos que ir a la guerra a batallar hombro a hombro, y en otras nos presentaremos en la batalla a ver al Todopoderoso pelear a nuestro favor. En este día quiero retarte a que te arriesgues junto conmigo a caminar en Él y con Él, y así poder llegar a ser testigos y testimonio de la grandeza, poder y dominio de su nombre.
¡RECUERDA: ¡¡Su mano no se ha acortado para bendecir y no ha cerrado su oído para oírnos!!
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