Las Escrituras describen a Débora como profeta y cuarta juez de Israel, gobernando y administrando justicia, sentada bajo un árbol de dátiles (Tomer Débora) en la tierra de Efraín, entre Rama y Bet-el (Jueces 4.4-5). Esta ubicación al aire libre reflejaba su cautela de no estar a solas con hombres que venían a buscar consejo, prefiriendo reunirse con ellos a la vista pública.
La Biblia la describe como “Una mujer de llamas” (Lapidot), fuerte, ardiente y la que alumbra (Lapidot era también el nombre de su esposo). Los sabios interpretan esto como un honor por hacer mechas para la menorá del Templo.
Débora transmitió el mensaje de Dios al General Barak de ir a la guerra contra los cananeos, quienes habían estado oprimiendo al pueblo de Israel (Jueces 4. 6-8) Barack accedió solo si Débora iba con él. Ella ingreso y los israelitas vencieron, con la ayuda de Yael, otra mujer valiente (Jueces4.9-24).
Además de juez y profetisa, era poeta, así que después de la victoria redacto un canto de alabanza para agradecer a Dios por su liberación. Recordemos que fueron muy pocos los cantos que encontramos en la Biblia antes de Débora, como el de Miriam hermana de Moshé en el momento del paso del mar rojo con la derrota y hundimiento de los egipcios.
Débora comenzó su cántico (Jueces 5) resaltando el poder del D-os de Israel, alabo las fuerzas naturales que ayudaron a vencer en la batalla, luego describió las razones de la guerra, la separación entre las tribus seguido de un agradecimiento a quienes fueron voluntarios para combatir. Pero la parte principal de su poesía fue cuando bendijo a las tribus que participaron en esta guerra y les recrimino a las tribus que no se molestaron para unirse a la lucha. Las tribus de Efraín y Benjamín vinieron desde lejos y ayudaron a los de la tribu de Zebulón, Isacar, Neftalí para la guerra. Finalmente, termina el cantico con un deseo de paz, tranquilidad y la tierra estuvo entonces tranquila durante 40 años (Jueces 5.31).
Si vemos La Guemara en Meguilá (14b) escribe que Débora fue una de las únicas siete mujeres profetisas; ella era una mujer rica independiente que paso su vida enseñando Tora públicamente y guiando al pueblo de Israel magníficamente.
Los lideres anteriores del pueblo de Israel habían sido incapaces de liberar a la nación del yugo opresor de sus enemigos, y la gente era constantemente objeto de gran peligro y de intimidación de guerra hasta la llegada de Débora, su salvadora.
…Los poderosos fracasaron en Yisra’el, ellos fracasaron,hasta que tú te levantaste Devorah, se levantó una madre en Yisra’el…. (Jueces 5.7)
El versículo se refiere a Débora como la madre de Yisrae’el. Mean Loez dice que la comparación con una madre es lo más apropiado. Así como una madre se preocupa constantemente por sus hijos y los orienta en el camino correcto, así también, Débora fue una verdadera madre para el pueblo de Yisra’el. Metzudat. De esta manera, David comenta que ella era como una madre, siempre corrigiendo y castigando a sus hijos, el pueblo de Israel. Abarbanel equipara su misericordia y compasión por su nación a la de una madre por sus hijos.
Versículos después encontramos a Débora suplicando a Hashem; ¡Despierta, Despierta! Devorah; despierta, despierta y entona el cántico (Jueces 5.12)
¿Por qué Débora suplica a D-os?
¿Débora había perdido la profecía?
Maharshal señala que en general, en las escrituras sagradas, la frase “¡Despierta, Despierta !” es usada en su sentido más literal, como “Levantarse”. Aquí, sin embargo, se utiliza en el sentido de “salida”, en señal de que el Espíritu Sagrado se había retirado de la profetisa a causa de la” ArroganciaMomentánea de Débora”. Ella no menciono a su compañero - el general judío Barak – en su cantico de victoria ilustre sobre el malvado general Sisra y sus tropas (Como dato interesante, Radak en Shoftim /Jueces 4.4 escribe que Barak era el marido de Débora, lo que vuelve aún más grave esta situación). Muy extrañamente, parecería que ella tomo todo el crédito de la victoria para sí misma. Al darse cuenta de su error, inmediatamente lo corrigió y Barak obtuvo un lugar destacado en el resto del cantico.
El Midrash Lekaj Tov (Shemot/Exodo15.20) comenta que en realidad era apropiado que Débora fuera mencionadaprimera en el cantico, ya que fue debido a su persistencia,estimulo e intervención activa lo que llevo al triunfo militar de Barak. Mean Loaz añade que de hecho fueron sus plegarias las que aseguraron la victoria sobre Sisra; la destreza militar de Barak no fue el determinante esencial.
Aunque Debora sea descrita en la Guemará con una connotación algo negativa como la arrogancia, vemos que Hashem sin lugar a duda juzga a los virtuosos (Tzadikim) de forma más justa o de manera diferente que a cualquier persona.
El concepto de “Kejut Haseará” se refiere a juzgar tan sutilmente como la “Fineza de un Cabello”. Las acciones de Devora no pueden ser examinadas al igual que las de una persona común, más bien deben considerarse en el contexto de sus altos logros y los actos que haya realizado. Esto nos ayuda a entender por qué en la Meguila (14b) se menciona que ella, así como Julda, otra profetisa, tienen nombres poco atractivos. Devora significa abeja y Julda significa comadreja. Sus nombres aluden a algo impropio en ellas: en el caso de Devorá, a un lapso momentáneo de altanería.
Al examinar el lado humano de Devora (ese lado que nunca vemos), vemos un aspecto sutil que sugiere que ningún arrogante dice la verdad completamente, más bien se cubre con un manto de falsedad. Ante esto, D-os no puede permanecer y se retira inmediatamente.
Rav Iehuda dijo en nombre de Rav: “Cualquier persona que actúa arrogantemente, si es un hombre sabio, su sabiduría lo abandonara; si es un profeta, su profecía lo dejara” …Esto último se evidencia en el caso de Débora.
En el versículo Shoftim/Jueces 5.7, Débora dice: “Ellos[Israel] dejaron de habitar las ciudades no amuralladas, hasta que surgí yo, Débora, como madre de Israel. Más tarde, en el Versículo 12, Débora suplica a Hashem: ¡Despierta, despierta Devorah; Despierta, ¡despierta y entona el cantico!
Débora alabo a Hashem de manera incomparable como ningún hombre jamás hizo. Junto con Barak, fue autora de la plegaria de Halel, recitada en los momentos de mayor alegría en la historia judía. El hecho de que los sabios dieran al Cantico de Devora, inspirado divinamente, un lugar tan prominente en la liturgia judía refleja la grandeza de su autora.
A pesar de su aparente soberbia y la pérdida del Espíritu Divino, Débora era una mujer que reunía los requisitos necesarios en sus cualidades y virtudes para recibir el espíritu de Dios. Ella era sumamente sabia, conocedora de la Torah, de carácter ejemplar y gobernada exclusivamente por su naturaleza espiritual.Juzgaba de acuerdo con las palabras que Dios le comunicaba y era una Maestra de las leyes. Como líder, ella hizo todo lo que estaba a su alcance para fortalecer las bases espirituales de la nación, restauró el estudio de la Tora en las ciudades y aldeas y luego organizo una milagrosa victoria militar para cimentar la fe y la observancia.
En conclusión, para comprender este pasaje de la Guemará sobre esa arrogancia momentánea de Débora, consideremos lo siguiente: El valor y la belleza de un diamante casi perfecto se estropea mucho más por una pequeña mancha que lo que una piedra ordinaria se estropea con una mancha mucho mayor. El dueño invertirá mayor tiempo, esfuerzo y atención en pulir y hacer brillar esa joya especial que lo queinvertiría en la otra piedra. El castigo es una manera con la cual Hashem limpia y pule nuestras almas, el diamante que tenemos dentro de nosotros.
A todas las MUJERES que silenciosamente han construido la historia.
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